Música
#MusicaParaPandemias - “The Dark Side of the Moon” de The Flaming Lips
Dentro de las distintas definiciones de cultura, política, filosofía, comunicación y, sobre todo, de ARTE, se reconoce siempre el hecho de un dinamismo constante, que implica el envejecimiento de ciertos elementos y su degradación como novedad. Por supuesto, la música no es la excepción y, si bien su belleza se mantiene intacta, el tiempo se encarga de que su impacto coyuntural disminuya con el tiempo (no hace falta explicar que cada obra de arte es hija de su contexto y, por lo tanto, se adapta a sus cánones sociales, políticos y estéticos). Pero, a veces, alguien se acerca y redescubre un concepto conocido, explotado y sobre analizado hasta el hartazgo, solo para definirlo nuevamente, actualizarlo y trasladar su imaginario a un lenguaje contemporáneo sin otro fin que el de proponer una lectura nueva, sin perder de vista su significado elemental. Este acto es una suerte de justicia poética. Un riesgo vanguardista con gesto de sincera ruptura temporal.
THE FLAMING LIPS es, desde hace más de veinte años, parte de un establishment alternativo (pero no por eso menos poderoso) que les permite generar situaciones de implicancia experimental y psicodélica para tomar riesgos estéticos que van desde un disco cuádruple cuyos 4 CD´s debían ser escuchados al mismo tiempo, hasta el abordaje conceptual de la distopía japonesa poco clara del enfrentamiento entre Yoshimi y el robot rosado. Tal vez, sean la banda más indefinible y vanguardista que el formato canción nos haya permitido escuchar en los últimos 40 años.
En 2009, los flaming lips reclutaron a algunos amigos conocidos (Henry Rollins, Peaches y los stardeath and white dwarfs) para grabar y editar una caótica, original y distorsionada versión de THE DARK SIDE OF THE MOON (si, el de Pink Floyd que estas pensando), que demuestra la capacidad creativa, intelectual, técnica y musical de una banda engañosamente relegada al estatus de banda de culto e injustamente ligada al movimiento "neo psicodélico" de los últimos años. El disco presenta una visión actualizada de una obra tan enorme como su historia, reconvirtiendolo en un álbum novedoso y distinto, que inauguraba la década de los 2010´s mostrando que la ruptura implica un pasado de belleza innegable y reutilizable. Resignificado en su poca obsolesencia, sin presentarse como nuevo ni viejo, porque como dice la frase final recreada por Henry Rollins, no hay un lado oscuro de la luna, en realidad, toda es oscura.