Por Marco Correa
2018-04-28 14:09:52
Delia recibe donaciones para colaborar con aquellos perros enfermos que necesitan atención veterinaria, y para asistir a familias que no pueden hacerse cargo de esos gastos. Para Delia, “el problema no es el perro callejero, es el domiciliario”. Es necesario que las familias castren a sus animales, ya que es para su salud.
La Municipalidad posee un Centro de Castración donde se sacan turnos online para que los habitantes lleven sus animales. Con un horario de atención de 9:00 a 13:00, Delia comenta que “a poco tiempo no hay más turnos”, y que alcanzan solamente a las 600 castraciones por mes. Tambien la municipalidad posee un quirofano movil se acerca a los barrios para desparasitar, vacunar con antirábica y realizar castraciones. “La municipalidad tiene la responsabilidad, nosotros no hemos logrado hacer nada. Lo que se logró, se perdió. Mestre puso un centro único, sacó todo lo demás”, comenta Delia.“Es fundamental la castración”.
Delia explica que está viendo la posibilidad de sacar una ley provincial sobre el maltrato animal, ya que la actual Ley Nº 14346 de Protección al Animal “tiene penas irrisorias”. Para ella, “la sociedad es el problema, y mientras no haya educación para los más chicos, seguirá igual”.“Necesitamos una política de estado, es una cuestión de salud pública”.
Encuentran abandonados perritos lactantes que difícilmente se pueden alimentar. “Ha cambiado todo en estos años, me da miedo dar los perritos en adopción”, comenta Delia. Para los proteccionistas es una gran alegría que los perros encuentren familia y reciban cariño. Pero hay veces que para Delia es muy doloroso, ya que esas personas no terminan cuidando debidamente del animal.
“No voy a dejar de hacerlo porque esta es mi misión, hace 10 años”, explica Delia, hoy jubilada. Continúa realizando su labor de manera desinteresada, donde claramente deja transparentar su amor y compromiso con los animales en situación de calle.
Cuatro patitias educadas.
Valeria Díaz, pertenece a la fundación D.A.A.S., y es colaboradora del Hogar Transitorio Municipal Bouwer. Este espacio era una perrera municipal. Hoy gracias al trabajo de los voluntarios de la fundación, se convirtió en un hogar transitorio para que haya menos perros en la calle.
Allí se encuentran “animales sacados del abandono, maltrato, judicializados, que la gente denuncia que han mordido”, comenta Valeria.
El procedimiento consiste en llevar adelante un sistema denominado “Yo soy el perro”. “Vamos a las casas de las familias y a base de varias preguntas, le elegimos el perro de acuerdo al que ellos necesitan”. La educación de los perros puede tardar una semana o un mes, hasta que no estén preparados no se van del hogar. Valeria está a favor de la adopción y no de la compra de animales. Explica que hay criaderos clandestinos que no están penalizados y que deberían tener un seguimiento. Los voluntarios del hogar transitorio asisten dos o tres veces por semana, varias horas. Al ser una tarea ad honorem, muchos de ellos trabajan en otros espacios, y estudian. “Siempre se necesitan voluntarios que puedan donar un día a la semana, principalmente los días miércoles estamos necesitando”, relata Valeria.“Varios de nosotros somos educadores caninos de la ONG, los educamos y re-habilitamos para luego buscarles una familia”.
Fotos de perros en adopción de la página de Facebook Registro único de animales perdidos, encontrados y en adopción.
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