Un día como hoy en 1918, Córdoba estaba siendo cuna de una de las reformas más vanguardistas en la educación superior de Latinoamérica. Hoy y siempre, atravesados por la Reforma Universitaria.
Lo que pasó
El 15 de junio sucedió el detonante de una carrera que se venía gestando hace tiempo. Se había formado un comité Pro reformista, que buscaba sacar al clero de la casa superior: las cátedras y los profesores eran inamovibles, los cargos vitalicios y se recibían por herencia, y los contenidos, dogmáticos: los egresados debían jurar sobre los Santos Evangelios y en las bibliotecas no aparecía ni por asomo Darwin o Marx. Ese 15 de junio la asamblea debía elegir al nuevo rector de la Universidad Nacional de Córdoba, luego de la intervención del presidente Hipólito Yrigoyen, por los incidentes ocasionados luego del cierre del Hospital Clínicas, internado de los estudiantes de medicina. Todas las predicciones decían que Enrique Martinez Paz, candidato reformista, tenía las de ganar. Pero, ante sospechas de fraude, ganó el conservador Antonio Nores Martínez. La toma de la universidad empezó un movimiento que se replicó en las demás universidades del país y latinoamérica, promovidas por la Federación Universitaria Argentina.
El 21 de junio se firma y publica el manifiesto liminar, que establece los principios de la reforma. Según cuentan, fue redactado por Deodoro Roca en el sótano de la casa de su papá.
“Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que faltan”.
Las mujeres, presentes
En la UNC de comienzos de siglo XX cursaban 1500 estudiantes. Pero no hay ningún registro de intervención femenina en el proceso de la Reforma. Esto es lo que intenta refutar Carola Ferrari, autora de
"Prohibido Prohibir: el amor en tiempos de reforma universitaria". Su primera inquietud fue saber de qué manera las mujeres se fueron filtrando en el sistema educativo: "Yo tengo una abuela que fue una de las primeras estudiantes universitarias de Córdoba y siempre contaba lo que le había costado y lo que había sufrido por estar dentro de la UNC, y ser la única mujer que cursaba". Para acceder a la educación una mujer debía conseguir una autorización de un pariente masculino. Y frente a esto, reflexiona:
"Cuando una como mujer va a la universidad tiene espacios que ya están conquistados. Y cuando la conquista está dada parece natural que así hubiera sido".
Encontrar las huellas de las mujeres que actuaron en la reforma fue un trabajo arduo y minucioso que le llevó dos años, para escribir el libro. Todas las profesiones que podían estudiar las mujeres eran relacionados a el rol de ellas en la familia: maestras, parteras, medicas, farmacéuticas. Pero estaban. Enrique Barros, cuando lo ataca la Corda Frates (sociedad semisecreta de la parte conservadora), es atendido por una estudiante de obstetricia. Fue una mujer quien mandan cartas a los diarios sobre la situación y escribían en taquígrafos.
Mientras hace la entrevista, esta toda vestida de verde, y lo remarca. Reflexiona, al comparar a las mujeres de 1918 con las mujeres de 2018:
"(Lo similar) es este sistema que intenta silenciarnos, oprimirnos, que nos pide que seamos modestas, que seamos esa madre clerical, de la virgen. Que neguemos nuestra sexualidad. Estas mujeres con pañuelos verdes son estas mismas mujeres que en 1918 salieron a marchar y a pedir por derechos y arma una asamblea. Son las mismas mujeres, la misma energía".
"El manifiesto liminar sigue vivo cuando dice: Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Es un enunciado feminista".
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La Reforma hoy
Eduardo De La Cruz es profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y enseña en la materia Introducción a la Comunicación Social del ingreso a la carrera, los postulados de la Reforma Universitaria. "La reforma no se gana en las aulas porque la universidad estaba manejada por los grupos hegemónicos de poder: la iglesia y la clase dominante de Córdoba, cuyos discursos en la Cámara de Diputados de ayer no distan mucho de lo que se decía". Cuenta que, en ese entonces, los estudiantes tenían el apoyo de los medios. Y opina:
"A 100 años, la universidad necesitaría una nueva reforma universitaria porque lo que sucede en el interior de las aulas es que hay cuestiones que hay que movilizar, dinamizar".
En ese momento se logró la configuración actual de la universidad: gobierno, autonomía, autarquía. Que, para De La Cruz, están en riesgo por cuestiones económicas o relacionadas con la coyuntura política.
"La reforma es importante para la vida institucional de la universidad".
La discusión permanente es, insiste, que la religión y el dogma salgan de las aulas, que es donde debe yacer el espíritu crítico. Sostiene al igual que Ferrari, que el manifiesto tiene una actualidad "tremenda", y tiene que ver con las luchas de hoy en día, que se vienen ganando "en la calle, paso a paso".
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Córdoba, de fiesta
Este viernes en Pabellón Argentina se realiza el Festival musical por el centenario de la reforma, en el marco del Acto Central de Conmemoración del Centenario de la Reforma.
Dicho acto congrega a egresados de carreras de grado y posgrado de la UNC, así como participantes en los programas de extensión Escuela de Oficios de la UNC, Universidades Populares, Compromiso Social Estudiantil, Programa de Adultos Mayores, y del Programa Provincial de Capacitación en Oficios que impulsa el Gobierno de Córdoba.
Al finalizar, se presentan la Orquesta y el Coro de la Universidad, y los shows de Ninfas, Los Caligaris y Los Auténticos Decadentes.
Camino a Pabellón Argentina, por Enrique Barros, se pueden observar los murales ganadores del concurso
“Murales Camino al Centenario de la Reforma del 18” y el monumento del Centenario de la Reforma, que hace honor a la foto que muestra el izamiento de la bandera de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba) durante la toma de rectorado por los estudiantes reformistas. Las imágenes, en la galería.
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