Por Desde la redacción
2020-06-29 16:27:06
Por Susana Parés, docente universitaria
Capítulo 1, Ministro de Educación de la Nación
El Sr. Ministro de Educación de la Nación “reconoció” ante autoridades representativas de la comunidad Universitaria, el 19 junio de 2020, el trabajo virtual realizado por los docentes universitarios.
Me sorprendió la “aprobación” porque los docentes de la Universidad Nacional de Córdoba veníamos realizando esa actividad desde que se declaró el ASPO, con el uso de las aulas virtuales y las clases no presenciales que se daban por todos los medios tecnológicos disponibles.
Y el uso del vocablo “reconocimiento” no era utilizado como un premio estímulo. Al contrario. Sin duda la lectura de esa información generó demasiados interrogantes, pero en lo personal me resultó injusto. Porque según la información de los medios de comunicación esta reunión se realizó la segunda quincena de junio. ¿Eso significa que he trabajado sin respaldo legal y mi actuar ha sido antijurídico y reprochable?. Sr. Ministro, las Unidades Académicas de la UNC dictaron las herramientas jurídicas para que los alumnos no perdieran el curso y le puedo asegurar como docente de la UNC que nos excedemos en el tiempo de trabajo, y en junio recibimos este ¿reproche?, con este planteo, cuando venimos trabajando desde marzo. Respecto a proveer material, me permito recordarle que no hay PRESUPUESTO NACIONAL 2020 y que las Universidades Nacionales y su autarquía y autonomía académica, dependen en gran medida de un presupuesto de 2019 -agotado y devaluado- y se usa con el término jurídico de “reconducido”.
Nadie duda que la cuarentena ha implicado que todos debamos poner las capacidades que tenemos y la imaginación para que el baluarte de la igualdad que es la educación, se sostenga.
El 25 de junio de 2020 Ud. publica una nota de opinión en Clarín para evaluar la respuesta de los gobiernos (provinciales) frente a esta situación.
Soy absolutamente honesta -mis 46 años de carrera docente lo confirman- me llama la atención que se refiera a la situación de personas de grupos vulnerables: en situación de discapacidad, sin tecnología, lejos de conectividad, y exprese que hay que oírlos. Para ellos será importante, si Ud. los escucha, pero todos sabemos lo que ocurre Sr. Ministro. Necesitan acciones, necesitan escuelas en condiciones, docentes bien pagos, medios, necesitan conectividad, Sr. Ministro tiene que pelear por un presupuesto 2020. Sin educación y salud, ¿quién puede hablar de igualdad? y en este federalismo devaluado que sufrimos hace décadas, las provincias son por lógica fuente de inequidades.
Es su deber como funcionario obtener el presupuesto necesario para que la Educación Pública funcione adecuadamente.
Capítulo 2
Entre el Supervisor electrónico de exámenes y el COE
La cuarentena nos ha puesto en una situación inesperada y difícil. La actividad en las Unidades Académicas de la UNC se ha ido desarrollando con los medios existentes, la voluntad, inquebrantable de los docente y la preocupación -lógica- de los alumnos, que ven como el año académico se extiende sine-die y los exámenes finales, que para muchos es la obtención de un título gozan de una situación que puede definirse como incierta.
Algunos hablan de exámenes presenciales –sea verbales o escritos- otros, de exámenes vía aula virtual, tal como fueron tomados en las distintas unidades académicas.
Hablar de presencia física cuando aún estamos en una situación al menos de Aislamiento Social es complicado, incluso se dice que habría que fumigar con amonio cuaternario, y cumplir una serie de requisitos que en las facultades multitudinarias es complicado, o imposible. Y por supuesto, contar con el informe circunstanciado del COE aprobando protocolos en cada facultad.
Pero se supo de la compra de un sistema de Supervisión electrónica de exámenes, para realizarlos de modo virtual; y sobre el que escribió el Sr. Gustavo Monti el 26 de junio de 2020 en CBA24n.
Ha tenido amplia difusión y comparto la parte ética del texto. La explicación técnica me excede.
Dicho esto, quiero hacer estas reflexiones:
a.- Suponiendo que los alumnos copian, hacen trampas, nos engañan: ¿cómo hemos llegado recién a casi al tercio del siglo XXI para darnos cuenta? Si eso pasó. No nos engañaron, nosotros no hemos sido competentes.
b.- Sigamos suponiendo esta “inconducta”: ¿qué hemos hecho estos años para alumbrar una generación de alumnos que hoy debemos vigilar con un gran hermano? Supongo que el autor de “1984” esté donde esté, debe estar considerando si lo hemos plagiado o superado.
d.- Sin duda hay pícaros, sin duda alguien -en mis décadas como docente- ha copiado en mis exámenes y lo he descubierto y seguro a otros no. Eso: ¿nos hace malos a todos?
e.- Pregunto: ¿este sistema, de control pone en “crisis”, “duda”, los exámenes ya tomados vía virtual? Y además si algo ocurre con este sistema de contralor y los datos privados se hacen públicos ¿quién responderá? ¿O volveremos a resucitar el caso “Halabi”?
f- Pero no hay que olvidar algo, la comunidad universitaria, es el reflejo de la sociedad, y sigo creyendo que los probos superan a los corruptos, aunque estos tengan más fama (y seguro más dinero). Sigo con mi vocación intacta porque creo en mis alumnos pasados, presentes y futuros.
Sigue siendo con final abierto.
Nota al pie: (1) https://www.famaf.unc.edu.ar/noticias/confiar-en-la-integridad-acad%C3%A9mica-de-estudiantes-y-docentes/
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