Política
La ultraderecha en las redes sociales y el voto joven
Por Valentina Vaira
Así como todos los fenómenos mundiales, el de la ultraderecha terminó impactando e influenciando en nuestro país con figuras como Milei y generando movimientos dentro de la sociedad. Pero es importante saber, primero, en qué consiste este fenómeno: el cual utiliza las redes sociales para ganarse el voto joven o por lo menos tener una mayor llegada a este sector.Aunque este alcance se dé por varias redes sociales, existe un mayor hincapié en Tik Tok, donde la gran cantidad de usuarios son menores de 30 años y -en consecuencia- está ese voto joven que quieren conseguir.Por
lo tanto, frente a este nuevo contexto, Esteban Fernández (profesor de
Publicidad Digital en el Colegio Universitario IES y becario investigador en
CONICET) dio a conocer su postura al respecto y afirmó que quizás debemos
preguntarnos “Si el fenómeno al que
asistimos es particularmente algo que se circunscriba a las redes sociales en
sí, o a cuestiones que le excedan a las mismas: los candidatos y partidos deben
preguntarse por qué una figura como Milei aparece como un supuesto mejor interlocutor de los jóvenes en la política”.Frente
a esta cuestión señala que quizás es un problema anclar la mirada en Tik Tok
para intentar comprender el fenómeno, ya que "La red social en donde
ellos estén (los jóvenes), puede hasta ser casi algo anecdótico".Esteban
Fernández, profesor en la Facultad de Ciencias de la
Comunicación (FCC-UNC), explicó que hay un discurso que se ha posicionado
mediáticamente sobre la supuesta tendencia de un sector jóven con una gran
afinidad a la ultraderecha. Si bien debemos entender que el sector joven puede
encasillarse más en ciertas manifestaciones “apolíticas”, es necesario
corroborar si los jóvenes en Tik Tok son en general los jóvenes a lo largo y
ancho del país. Explica, que ese discurso es hasta una potencial estrategia que
puede crear el clima de opinión propicio para que más jóvenes se suban al
caballo de la derecha (o la ultra, en casos como Milei). Este grupo puede no tener el voto definido, y no sentirse identificado por las
estructuras partidarias de un Estado que no para de tropezar, allí es que: “La
ultra derecha que vemos asomar, tiende a lograr estrategias fuertes para
generar y ganar adhesiones en los sectores disconformes, en aquellos que
abrazan una supuesta ‘apolítica’, que rechazan ese Estado fuerte que los
confinó y les cerró las escuelas, las canchas y los boliches”. Pero,
se refiere el entrevistado, ante la existencia de un sector que se encuentra en
debate y que potencialmente estaría creciendo hacia la ultra-derecha, Tik Tok
se presenta como un espacio en el que pueden hacer propiciar los valores que
con esos jóvenes tienen en común: la libertad. Menciona así que: “Tik Tok se presenta como un escenario
propicio para el crecimiento exponencial de la circulación de contenidos
transgresores. Estos van en contra de las reglas, y la regla hoy la vinculan a
esa la de “Estado fuerte” o “Estado presente”. Y hay un algoritmo en las redes
que los protege de eso: para entrar al circuito de contenidos que consumen
estos sectores, hay que obtener buenos resultados (comentarios, likes,
compartidos, etc.). Y para obtener esos resultados, parece que como mínimo
habría que ser transgresor. Ahí, es particularmente, donde parece que el discurso
de ultra-derecha sabe ser fuerte".Finalmente,
refiriéndose a este grupo, el becario doctoral en CONICET reflexionó: “Es
un error señalar a los jóvenes y marcarlos como si fueran un error de cálculo
en la política. Hoy el principal desafío es que los demás sectores políticos
logren recuperar el vínculo y el diálogo con estos grupos de jóvenes que
parecen rechazar los discursos tradicionales”. Junto a ello, recordó el problema que puede implicar un
pensamiento que “Tienda a versiones totalizantes de los jóvenes, Tik Tok y
la derecha, ya que con ello se corren dos riesgos muy grandes: por un lado, el
dejar de oir a otros jóvenes, otros problemas y otras formas de pensar la
política y el Estado, y por el otro, cristalizar esa supuesta diferencia en nuevas
posiciones y nuevas grietas, que claro está, no hacen nada bien a la política y
a la sociedad”.