Por Jeremy Mendez
2021-07-05 15:53:45
Exploración sísmica. Foto: Greenpeace Argentina
Desde el 2017 se viene practicando la exploración sísmica en Argentina, una forma de buscar hidrocarburos debajo del mar que está prohibida en muchos países. Las principales consecuencias están ligadas a la fauna y el ecosistema marítimo.
Greenpeace explica que esta práctica “Funcionan efectuando disparos submarinos con cañones de aire que crean ruidos increíblemente fuertes, que provocan un impacto en más de 300 mil km2, una superficie equivalente a la provincia de Buenos Aires”. Las ondas de sonido viajan hasta el fondo del océano y en su rebote son captadas por sensores, de este modo buscan reservas de hidrocarburos en el fondo del mar.
Subí el volumen🔈¡Una explosión cada 10 segundos las 24 horas del día! En plena cuarentena, la biodiversidad del mar Argentino está en peligro. Hay enormes buques generando ondas extremadamente ruidosas bajo el mar para encontrar nuevas zonas de donde extraer petróleo 👇 pic.twitter.com/ZvronGXEj7
— Greenpeace Argentina (@GreenpeaceArg) April 23, 2020
En 2017, el Ministerio de Ambiente gestionado por Bregman aprobó permisos a distintas empresas para realizar estas prácticas en un millón de km2 del mar argentino hasta 2025. Con el cambio de gobierno esto no se frenó y se están solicitando nuevas concesiones para seguir explotando el mar.
Las especies que habitan y transitan nuestras aguas son gravemente afectadas. La fauna tan característica de nuestro mar, como la ballena franca austral, orcas, delfines, lobos y elefantes marinos, pingüinos e incluso las poblaciones de peces, sufren los impactos de esta actividad tan dañina. Expuestas a la desorientación, cambios en su comportamiento, estrés, reducción de la viabilidad de los huevos, discapacidad auditiva, lesiones masivas y hasta la muerte por ahogamiento o varamientos.
Jessica Gentile, activista socioambiental y coordinadora de la Red Ecosocialista, habló con el programa PostMundo y contó que “en el último periodo se han encontrado distintas ballenas perdidas por el océano. Esto tiene que ver con que la forma de comunicarse que tienen los mamíferos en el mar es a través de los sonidos que ellos mismos generan, que les permiten ubicarse en qué mareas tienen que transitar, que permiten encontrar el alimento, que permiten el apareamiento y que permite además la cría de los cachorros”.
Los cañones provocan ondas de sonido cada 10 segundos durante las 24 horas del día, a veces durante meses. Esta situación afecta a los mamíferos de nuestro mar de distintas maneras. Gentile explicó: “eso no solo que genera una pérdida auditiva por parte de los principales mamíferos, algunos caen en la profundidad del océano y no se los encuentra nunca y otros llegan perdidos a la costa”.
Las empresas que están explorando el mar argentino son varias, pero las más destacadas son YPF y Equinor como las principales accionistas, y en menor medidas empresas como Shell, Qatar Petrollum, Total y BP. Estas empresas se reparten la concesión del mar argentino para realizar su búsqueda de hidrocarburos mediante la exploración sísmica.
La Coordinadora de la Red Ecosocialista describió: “estamos hablando de que nuestro mar, además de tener un millón de km2, es muy extenso, tiene 200 mts de profundidad lo que permite que llegue el sol que le da mucha vida marina, es muy rico en materia hidrocarburífera”. De este modo, Gentile explica el deseo de tantas empresas por explorar nuestro mar. Además, destacó: “seguir utilizando tanto el fracking como estos mecanismos en el océano para seguir sacando petróleo con esta adicción, dependiente de los diferente Estados y corporaciones a los derivados del petróleo, es lo que genera más gases de efecto invernadero, más calentamiento global, más derretimiento de los glaciares”. Y también denunció: “si vos firmaste el Acuerdo de París, el Acuerdo de Escazú, una serie de acuerdos internacionales, es una contradicción que como gobierno lleves adelante estas prácticas”.
Otro de los aspectos que se denuncia es la falta de estudios que avalen esta práctica. La Ley General de Ambiente de Argentina exige la presentación de estudios de impacto ambiental antes de comenzar la práctica, cosa que no sucedió cuando se otorgaron los permisos para que estas empresas comiencen a usar la exploración sísmica. Gentile explicó: “La ilegalidad es lo que hace siempre este gobierno y el anterior. Permiten que las empresas empiecen a funcionar sin estudio de impacto ambiental previo, violando la Ley General de Ambiente y un montón de leyes más”.
Por otro lado, quienes suelen presentar los estudios de impacto ambiental son las mismas empresas que van a llevar a cabo estas prácticas. Es decir, quienes necesitan hacer la exploración sísmica para poder lucrar son quienes avalan mediante estudios que se pueda llevar a cabo. Gentile denunció que: “lo peor es que al estudio de impacto ambiental no lo hacen las comunidades que se van a ver afectadas, ni tampoco lo hacen los entes estatales, es decir el CONICET, ni la universidad pública ni nadie de la argentina. Entonces por lo general lo terminan haciendo las propias empresas que se van a ver beneficiadas por la actividad, y el estado termina avalando esos estudios de impacto ambiental”.
Debido a esto, los estudios tienen poca credibilidad. Según explicó Gentile: “Los resultados de impacto ambiental que presentó la empresa son bochornosos. Plantea prácticamente que hay cero impacto en el ambiente. La verdad que estas prácticas en los países matrices de estas empresas están prohibidas. No se hacen justamente por el derramamiento de petróleo que hay implicado posterior al haber encontrado abajo del mar”.
Además, explicó: “Hay otro tema, que es cuando uno hace un estudio de impacto ambiental elige variables, y las variables que uno elige investigar es un posicionamiento político”, y que por esto “es muy importante no permitir que a los estudios de impacto ambiental los hagan las empresas que se van a ver beneficiadas con una actividad que está prohibida en otros lugares”.
El otro implicado de este conflicto es el Ministerio de Ambiente, como eje político del conflicto. En 2017, el ex ministro de Ambiente, Sergio Bergman, otorgó permisos a las empresas sin que hayan presentado los estudios de impacto ambiental. A partir de 2019, con Juan Cabandié como ministro de Ambiente, no sólo no ha hecho nada para frenarlo, sino que se está evaluando otorgar nuevas concesiones.
Jessica Gentile consideró que el Ministerio de Ambiente “es un títere” y que “la realidad concreta es que quien decide absolutamente todo acá es el Ministerio de Economía y el ejecutivo de la Nación”. Denunció que “todo quieren mercantilizar, todo quieren vender”. Además, describió que la política se maneja “con una lógica que es la lógica de capturar dólares para seguir pagando una estafa como lo es la deuda, porque todo lo que se está rifando es para pagar una deuda ilegal, ilegitima como la que se tiene con el FMI. Esto es lo que persigue esta orientación ecocida”. Además, acusó al gobierno actual de tener una línea de continuidad con el gobierno anterior en materia ambiental.
Gentile también le dio mucha importancia a los modelos de producción y consumo con los que se maneja la sociedad actual, que son, en cierta medida, los modelos que llevan a que se realicen prácticas como la exploración sísmica. De otro modo, no se podría sostener el modelo que habitamos. “Si no ponemos en cuestión que modelo de producción tenemos, que se produce, como se produce, al servicio de quien se produce, la verdad que vamos directo a fenómenos que no son naturales, que son la mano del hombre y que no hemos visto antes”, explicó la activista socioambiental.
Finalmente, este tipo de situaciones nos obliga a replantear el modelo energético que estamos llevando a cabo. Nos invita a pensar en energías renovables, limpias y no contaminantes. En nuestro país y en el mundo es evidente la necesidad de mutar a un nuevo modelo energético que reduzca el daño ambiental. Jessica Gentile explicó que en Argentina “hay energías renovables y limpias, podemos usar tanto el sol del norte como los fuertes vientos del sur o la energía marítima. Es decir, sobra energía en este país para soltar y abandonar la petrodependencia que tenemos y todos los derivados del gas y del petróleo”.
Sin embargo, es importante aclarar que esta mutación de modelo debe ser vista desde una perspectiva no extractivista ni de hiperconsumo. El cambio de modelo energético necesita, además, un cambio del modelo de producción y consumo que no obligue a la hiperproducción ni al hiperconsumo.
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