Política
Cristóbal López Baena: “Hoy tengo la libertad de hablar porque hay muchísima sangre derramada anteriormente”
El mes de junio es el mes del orgullo porque se conmemora la revuelta de Stonewall. Fueron protestas que se dieron el 28 de junio en Nueva York a partir de la violencia policial hacia personas de la comunidad LGBTQ+ en el club Stonewall Inn. El ciclo de entrevistas por el mes del orgullo nace para visibilizar la diversidad de identidades.
Cristóbal López Baena es actor, director y guionista. Trabajo en teatro y en cine principalmente. Para Cristóbal la identidad es una praxis, es la situación performática con el cuerpo, la expresión de género. El actor opina: “A mí me gusta decir que nada dentro mío dice que yo soy hetero, gay, bisexual. Sino que la praxis sistemática de una sexualidad me permite luego poder decir o categorizar eso y también puede ser que no decidas categorizarte”.
“Transitar pubertad y la adolescencia siendo parte de la comunidad es vivir de una forma muy difusa. No me gusta decir que viví de mentira tampoco fue así. Sí creo que uno cuando es cuando es niñe, joven, adolescente, todo lo que uno puede llegar a desear y puede llegar a necesitar practicar sí está condicionado en base a esperanzas y expectativas ajenas. Entonces hay algo luego de crecer siendo parte de la comunidad o siendo una identidad disidente que requiere volver a rehacerse, volverse encontrar a sí misme”, dice el director.
El guionista cuenta que sufrió bullying en el colegio: “Por el hecho de que tenía sólo amigas mujeres, no me gusta el fútbol, entonces no cumplía con esas normas masculinas y frente a eso siempre hubo mucho dolor de mi parte hasta que en un volantazo cambié de colegio”. En el nuevo colegio experimentó desinterés por parte de la estructura del mismo y de la gente que formaba parte. Sintió que había “una muy poca necesidad de ponerme en algún lugar, de ponerme en una categoría rápida, como un cierto desinterés frente a lo que era. Y ese desinterés me permitió poder desarrollarme y después entender que soy homosexual. Y simplemente eso”.
Como actor juega mucho con el binarismo del género, Cristóbal dice: “Me permite encontrar los grises y esos grises me divierten, me dan risa, juego con ellos. Reconozco que hay días en donde veo que hay una gestualidad mucho más femenina y otros días donde veo una gestualidad más masculina. Está atravesada por un estado de humor también. Si estoy enojado, tengo mal humor sí o sí me prendo a una gestualidad más masculina. Si estoy feliz siempre hay una conexión con lo femenino”.
Por otro lado, el director nunca se organizó políticamente porque su política está en otro lado, está en el arte. Él establece: “Mi política está en mi trabajo actoral, en mis decisiones como guionista, como director, está en otro lugar que no me corresponde plantarme en un lugar partidario ni de organización”. El actor admira a las personas que militan políticamente porque dedican tiempo de su vida a cosas tan importantes como “mejorar la sociedad, ampliar derechos, la búsqueda de un bienestar futuro mejor”.
Cristóbal expone: “Hay muchísimos putos, maricas, travestis, chicas trans, chicos trans, lesbianas, bisexuales, asexuales que han pasado por situaciones horrendas y han tenido que luchar con su propia vida para poder lograr derechos que a futuro hoy disfrutamos. Y hoy también lo seguimos viviendo porque hoy nos siguen matando”. También encuentra presente el patriarcado en la comunidad LGBTQ+: “Nosotros como hombres homosexuales siempre tenemos un privilegio dentro del movimiento LGBT que es patético, paupérrimo y asqueroso. Sinceramente lo reprocho fuertemente. Detesto el hombre homosexual orgulloso que no reconoce que los derechos que tiene hoy son obra y gracia de las travestis, de las personas trans y de las personas queer. También hay una situación patriarcal: los primeros que adquerimos los derechos somos los hombres”.