Por Redacción
2021-06-25 10:59:30
Ciclo de entrevistas por el mes del orgullo.
El mes de junio es el mes del orgullo porque se conmemora la revuelta de Stonewall. Fueron protestas que se dieron el 28 de junio en Nueva York a partir de la violencia policial hacia personas de la comunidad LGBTQ+ en el club Stonewall Inn. El ciclo de entrevistas por el mes del orgullo nace para visibilizar la diversidad de identidades.
María Clara Mercovic es estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba. La identidad para Clara es: “Un lugar imaginario donde puedo habitar mi deseo sin miedos ni prejuicios en la espalda, donde puedo ser completamente libre, acompañada de personas que han sufrido violencias similares a las que sufrí, simplemente por salir de la norma, de lo que tiene que ser”.
Durante su pubertad no era consciente que le gustaban lxs lesbianxs, ella cuenta: “Siento que una parte de mi lo sabía. No lo podía escuchar porque no conocía otras historias de lesbianxs, no consumía arte de personas disidentes, no leía a personas disidentes. Sí recuerdo que me gustaba mucho la bajista de Eruca sativa porque no se vestía como todas las mujeres que conocía y no hacía lo que todas esas mujeres hacían. No sabía qué tipo de deseo era ese, entonces pensaba que era una simple admiración”. La estudiante dice: “Pero escuchar una música diferente, de mujeres diferentes me hacía vivir en un mundo que no era el mío porque en mi pueblo sólo cabía el mundo de los heterosexuales. Eso me ponía triste, me hacía sentir sola y aburrida porque sentía que era la única”.
En este sentido, a María Clara le gustaba salir a bailar con las amigas, pero odiaba todo lo ‘femenino´: “Me molestaba, no entendía bien por qué, era feliz si lograba convencer a alguna amiga de ir en zapatillas y buzo. Por suerte mi mejor amiga los viernes se copaba aunque las miradas eran horribles. Lo que más odiaba era volverme a casa sola y triste porque todas gustaban de algún varón heterosexual, obviamente se iban con ellos después del boliche y a mí nadie me llamaba tanto la atención como para elegir eso. La situación siempre era la misma: yo volviendo a mi casa sintiendo que algo no había despertado en mí y que no encajaba. También odiaba tener que salir a lugares que no me gustaban solo porque iban esos varones y ni hablar de los acosos cuando decía que no”.
Por otro lado, la entrevistada manifiesta: “Mi identidad lésbica me llevó a habitar espacios públicos negados históricamente”. María Clara expone: “Siempre asistí a eventos con mis compañerxs, asistí con personas que me gustaban, con amigxs y con gente que conozco de algunos colectivos. Aún no me ánimo a formar parte totalmente de un colectivo en específico, pero creo que es un proceso, siento que primero tengo que resolver otras cuestiones y ser aún más libre. Todos los días hay que salir de algún clóset porque es difícil que la estructura se rompa”.
La estudiante de Comunicación Social propone que el acompañamiento colectivo lleva a “politizar el deseo” y a “entender que no son casos aislados”. María Clara establece: “Formar parte de algo colectivo es lo nos permite sobrevivir. No es lo mismo gritar solx y creer que tenés un defecto a gritar acompanadx y entender que no hay nada de malo en vos”.
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