Por Redacción
2020-10-20 11:40:45
Tapa de Blind Melon.
Hay días en los que, aún encerrado, nos levantamos un tanto optimistas y enfocados. Días en que estamos dispuestos a enfrentar la realidad como lo que es, una circunstancia efímera y peligrosamente pasajera. Para esos días de gloria narcisista y orgullo omnipotente es preciso potenciarse en canciones especiales, significativas y reflexivas, de tonos mayores e intensidad emotiva que remueva el corazón pero no enfríe la cabeza.
En 1992 BLIND MELON engañaba a las radios del mundo con un disco debut que le cantaba con carpa a la tristeza, la crisis existencial y la inseguridad desde la melodía agradable y cuasi infantil de un único hit llamado "No Rain" (Si, el del vídeo de la abejita que viste mil veces) y comenzaba un accidentado camino hacia el árido desierto conceptual de terminar siendo una banda de culto atravesada por la tragedia.
BLIND MELON ,disco homónimo nombrado bajo la ley del menor esfuerzo, es un álbum de rock alternativo detallista, atravesado por el clásico sonido americano de una banda blanca que intenta emular el groove del funk negro con relativo éxito, pero que a su vez se sensibiliza con el country de Willie Nelson y combina guitarras medianamente saturadas con la voz arrastrada y arenosa de Shanon Hoon, que más tarde se convertiría en otro de los hermosos perdedores de alma destrozada por la heroína que tanto nos gusta adorar. Blind Melon es un disco agradable y sincero, sin grandes pretensiones líricas ni musicales, pero naturalmente efectivo. Es ese vidrio espejado con el cual escondemos los dolores poniendo nuestra mejor sonrisa. Un irónico cachetazo de melancolía.
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