Por Redacción
2020-10-27 12:15:28
Portada de Tim de The Replacements.
El nerviosismo y aceleración de salir a la calle en estado de pandemia plantean un estado de adrenalina constante que, sumado al encierro prolongado, ponen en juego la fragilidad de cualquier estado físico, mental o emocional y, para alterar aún más los sentidos, un disco de power pop-rock alternativo y anfetamínico atravesado por el punk rock tal vez colabore a esa hermosa e interesante efervescencia psicológica en la que nos estamos convirtiendo.
THE REPLACEMENTS no es precisamente una banda a la que vayas a llegar fácilmente leyendo una revista ni de esas que vayas a ver reflejadas en documentales sobre la historia de la música (recuerdo solo una mención en 7 Ages Of Rock, en el capítulo que lleva como título "Left of the Dial", una bellísima canción de este disco, y el largometraje sobre la banda llamado Color Me Obsessed), pero responde a esa categoría de maravillas que uno se cruza por casualidad, recomendación o mera actividad arqueológico-melómana. Fueron siempre con la autodestrucción, la búsqueda de la canción honestamente suicida y el auto boicot como estandartes.
TIM es un disco anacrónico para esta época y poéticamente arraigado a su coyuntura estética. Es un signo de los tiempos que describe al underground de los 80 que terminaría dejando su vida para sentar las bases que luego permitirían la explosión del rock alternativo a principios de los 90. Un híbrido visceral engendrado en Minneapolis por el enojo del punk de detroit, la efervescencia del pop neoyorkino y el movimiento constante del skate rock californiano. Sos vos recordando a tus amigos encerrándose en una habitación a fumar porro, tocar muy mal un instrumento y dominar el mundo a partir de un sueño que no deberíamos haber perdido nunca. ¿Y qué pasó con toda esa belleza que dejaste pasar?.
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