Por Redacción
2020-11-03 13:48:09
Portada de Yield.
Muy pocas cosas me han hecho llorar tantas veces como la música. Las canciones, los discos, los conciertos y hasta sospecho que algunos acordes en particular, tienen la capacidad de conectar y afectar directamente a centros nerviosos para provocar una reacción anímica variable según el contexto físico, histórico, cultural y emocional del escucha, pero, en mi opinión, esta explicación no puede ser suficiente para definir la interacción de una persona con los sonidos, porque en un mundo de lejanías culturales infinitas no se explica tan fácilmente cómo llega una canción de Radiohead a desatar inquietudes reprimidas por años en la consciencia de un joven esquimal que no habla inglés o cómo un disco de Charly García logra conmover a un ex represor de la última dictadura militar. Tal vez, la música sea el tan ansiado lenguaje universal, o simplemente, un misterio al que no deberíamos estar buscando explicación.
Creo que, en este punto de la historia, no debería ser necesario explicar qué tipo de banda es PEARL JAM, aunque la versión corta sería la de un grupo de amigos de Seattle que, después de una serie de truncas formaciones musicales compartidas, se encuentran de manera fortuita con un cantante de San Diego tan perdido y desesperanzado como ellos. Acto seguido, disco debút y el éxito desmedido de la escena alternativa focalizado precisamente en su ciudad. 30 años después, todavía venden discos y salen de gira.
YIELD es una elección caprichosa en esta lista, pero a su vez logra definir la carrera de una banda tan apegada a sus raíces como exploradora de sus posibilidades sonoras, y este álbum es el punto de gravedad por excelencia sobre el cual esta dualidad logra equilibrarse. Es un disco de retorno, pero presenta también un alto contenido de curiosidad musical y actualidad contextual (Escuchar "The Color Is Red"). Es un disco profundamente sensible y equilibrado. Son las canciones que pones cuando estas volviendo a casa para reencontrarte con todo lo que creías perdido, pero también es el sonido que encontrás en la rebeldía inteligente y sincera. Es el activismo enfocado en no abandonar la pasión del punk rock, pero avocado a no perder de vista las utopías por el mal genio. Es el fuego de un cuerpo que avanza pero no responde. El alma que empuja más fuerte cuando las causas están perdidas.
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