Por Redacción
2022-04-26 13:48:59
Banco Central de la República Argentina.
Por Prof. Dra. Susana Parés - Docente UNC
Una de las mayores conquistas de la ciudadanía ha sido ejercer la libertad de expresión y por tanto exponer sus ideas en todas las formas que hoy ofrece la tecnología.
Pero…, siempre hay un pero…
Hace un tiempo escribí un texto sobre “Discapacidad y Niñez”, para un Congreso Internacional, que resultó distinguido con una mención.
Una editorial de Estados Unidos, se mostró interesada en publicarla y para ello, tenía que pagar una tasa.
Aparentemente girar al exterior 50 dólares puede generar un conflicto con el FMI y las post-negociaciones.
Hice una queja al Banco Central de la República Argentina, quien me proporcionó teléfonos donde podía hacer el trámite en el Banco de la Nación Argentina.
La oficina está en CABA y luego de meses, no ha contestado. Lo extraño es que tengo cuenta sueldo en el Banco de la Nación Argentina, o sea que soy cliente (¿o víctima?) de la institución.
Ante cada nota enviada a la Suc. del Banco Nación , sin responder, he puesto en conocimiento del BCRA, pero…pero en cada instancia ,hay que hacer un PDF, enviar copia del DNI y muchos trámites…y tampoco responden.
Es la segunda vez que me ocurre, en ocasión de hacer un texto sobre los DNU de la Pandemia COVID-19 y su fragilidad legal un editor de Brasil se mostró interesado .Debía pagar también una tasa en Reales. Imposible.
Le escribí al Sr. Embajador Argentino . Nunca respondió. Le recordé en la nota al Sr. Lic. Scioli , que mi abuela era cliente del negocio que su padre tenía en la Avda. Santa Fe.
Lo grave es que esto coloca a la expresión de ideas académicas de argentinos en una prohibición inaceptable, que merece un reproche enérgico.
Pero, son los 50 dólares o ¿es el contenido?. El Estado ha dado muestras claras de que quiere invisibilizar a las personas con discapacidad: el Censo lo demuestra. Y los fundamentos poco fiables de los DNU de la Pandemia, provocan un agravio a la institucionalidad del país.
Si la prohibición es por el monto, de no ser tan grave, casi sería gracioso, y si lo es por el contenido es una lesión inaceptable a las libertades de expresar ideas.
El BCRA, sólo atina a exigir a alguien que piensa y escribe, un derrotero burocrático impiadoso, con una actitud que revela su propia inoperancia impúdica y la soberbia de pensar que están por encima de la ley. Quizás esta Profesora universitaria, con décadas en la docencia, tenga algo que recordarles: LAS IDEAS NO SE MATAN.
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