Por Redacción
2022-09-06 10:26:35
Marcha contra el ajuste en discapacidad.
Por Susana Parés - ciudadana.
La fragilidad – extrema - económica, que se suma a la preocupante situación institucional, pone en dolorosa exposición, la vulnerabilidad extrema en que se encuentran las personas con discapacidad.
Es necesario señalar que los reclamos de estos días, no son el resultado de un recorte monetario actual o la demora en el pago a los prestadores en estos meses. De ningún modo. Ha sido así de larga data.
Las personas con discapacidad constituyen - con un alto grado de probabilidad - el grupo vulnerable que tiene más impedimentos en el ejercicio de sus derechos esenciales. Sólo por citar: educación, prestaciones específicas, salud, inclusión social y laboral, agravamiento en la pandemia…y un largo etcétera.
Procurar limitar a una circunstancia económica (otra más y van…) es intentar tapar el sol con un dedo.
Los argentinos, generosos en la producción de leyes, no somos afectos a su cumplimiento. Eso ocurre con los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Y sólo basta un dato, para fundamentar esta afirmación: la cantidad de amparos, en todas las jurisdicciones, presentados por los afectados para poder obtener sus derechos.
La cifra avergüenza. ¿Por qué? Porque quienes llegan al amparo,y así obtienen lo que les corresponden cuentan con acceso a información, han tramitado un largo camino previo, poseen una férrea voluntad en un contexto desfavorable. Y a veces cuentan con medios económicos para hacerlo. Pero, con alguna experiencia, se puede afirmar que quizás sólo un 30% -siendo optimista- llega a esa acción ante el Poder Judicial.
¿Por qué? Porque no conocen los mecanismos, o no saben que hay Defensores en la Justicia que son gratuitos. Otros expresan que es un pérdida de tiempo que prefieren dedicar a sus familiares con discapacidad, lo cual es dolorosamente cierto.
Hay una ley nacional que obliga al Estado a brindar una cartilla a las personas con discapacidad cuando se le extiende el CUD (Certificado Único de Discapacidad) para que conozcan sus derechos.
Pero, es fundamental que la cartilla tenga además de datos generales, una precisa información, al menos respetando los siguientes criterios:
Ejemplo: como se comunica en caso de urgencia una persona hipoacúsica.
Mientras esto NO PASA, tampoco se conoce el número de personas con discapacidad en Argentina, mala e inexplicable decisión del INDEC. Bueno…tampoco se sabe…la población exacta en Argentina.
La provincia de Córdoba, tiene la ley 10728 para capacitar a los empleados estatales en discapacidad y habiendo transcurrido más de un año y medio de su vigencia no sabemos a cuantos empleados del Poder Ejecutivo se ha formado. Inexplicable e injustificable, por las rigurosas obligaciones respecto a los Indicadores que la ley pone en cabeza de la Subsecretaría de Discapacidad.
Es imposible conocer cuántos empleados con discapacidad hay en el Poder Ejecutivo de la Provincia. Y los criterios de evaluación utilizados . Mucho menos si hay procesos de formación de empleados con discapacidad para que asciendan en la carrera...Y hay una propuesta…de autoría de quien suscribe esta nota.
Quizás sea oportuno sumar la cuestión tecnológica, porque el uso de la misma, para el ciudadano es un derecho, no un deber. Aunque así se lo considera. Vemos con sorpresa una estentórea publicidad de un Funcionario provincial, que se preocupa- ahora- de este tema y la situación de los adultos mayores. Debiera conocer que hace años, en una ley provincial de reforma del Estado, se introdujo la cuestión y la “ayuda” (¿?) que recibirían los ciudadanos.
La pandemia fue particularmente cruel con las personas con discapacidad y los adultos mayores, pero si hubiera personas en las áreas del Ejecutivo formadas adecuadamente, sin duda, no se hubieran cometido tantos y terribles errores, como el de un joven que autismo que pudo salir a caminar – era parte de su tratamiento- en la CABA porque su padre interpuso un amparo.
Muchos de los responsables de estas iniquidades duermen tranquilos, pero recuerden todos en algún momento somos personas con discapacidad y muchos adultos mayores. Nos miremos en este espejo.
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