Por Redacción
2022-01-06 13:32:23
Por Susana Parés
Sonó el despertador. Delia se levantó para tomar su remedio. El velador no encendió. Corte de luz. La linternita le sirvió para llegar al teléfono y llamar a la empresa. La atendió una voz que dijo: "Si es por corte de luz, marque 1; si es por denuncia robo de electricidad, marque 2 , si es por otro motivo llame después de las 7 am".
Apretó el 1. Una voz impersonal le dijo: “Si es titular de la factura marque 2, si es tarifa social marque 3, si es tarifa regular marque 4”.
Apretó el 2, de nuevo la voz : “Indique su número de cliente y marque numeral”.
Delia no tenía la factura a mano y la luz de la linternita estaba muriendo.
Marcó un número al azar . La voz dijo: “Número incorrecto, inténtelo de nuevo”.
A la tercera vez, la voz dijo : "Vuelva al menú inicial, gracias”.
A los dos días, una vecina llamó a la policía, Delia no contestaba. La encontraron sentada con el teléfono sobre la falda.
Delia y la linternita se habían apagado.
Delia, para siempre.
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