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2024-03-28 12:53:15
Buscan cerrar el Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI). Fotos gentileza.
Por Mauricio Diaz
Ante el anuncio del cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), en medio de despidos masivos en el Estado, los 900 trabajadores del Instituto se encuentran en estado de alerta.
El rol del INAFCI es muy importante en el país, principalmente para la alimentación de la población y el desarrollo de mercados regionales. Las políticas públicas llevadas adelante por el Instituto benefician y acompañan a miles de pequeños productores y comunidades ancestrales, en regiones diversas del país, con sus características particulares.
Germán Pez, trabajador del INAFCI, en diálogo con La Gen afirma que: "Oficialmente nosotros nos enteramos del cierre del Instituto por la conferencia de prensa de Adorni, ahí es donde se hizo mediáticamente el anuncio de cierre del instituto. Anteriormente había rumores, pero todos trascendidos, pero ninguna cuestión oficial. Desde el 10 de diciembre no habido comunicación oficial con nadie del instituto".
Añade además que se enteraban de los pases del Instituto y bajo que órbita queda, también por los medios de comunicación. Aún desde el Ejecutivo nacional no se ha designado un repsonsable del área. Hace unos días trascendió una conversación entre Santiago Caputo y dirigentes del macrismo que le cuestionaban al actual asesor presidencial sobre puesto donde no han nombrado autoridades, a lo que Caputo habría respondido que son áreas que no le interesan cubrir. Con las consecuencias que esto conlleva.
En cuanto al rol del INAFCI, Pez señala: "poder llegar a lo largo y a lo ancho de todo el país, poder acompañar y darle la importancia que realmente tienen estos productores, que producen más de la mitad de los alimentos que se consumen. Prácticamente el 60% de los productos que se consumen, tienen su origen en la agricultura familiar. Entonces, esta idea de darle dimensión e importancia justamente por el peso específico que tiene, es una de las tareas del despliegue territorial que tuvieron estas polítcas en estos años".
Las tareas que desarrolla el INAFCI, a través de políticas públicas, tiene un alcance de 200 mil productores en todo el país. Y una de los objetivos fundamentales es darle una forma organizativa a tal cantidad de productores dispersos en todo el territorio y con sus particularidades regionales.
Al mismo tiempo destaca que: "Un objetivo muy claro de fomentar el arraigo, de acompañar estos procesos en cada uno de estos territorios porque de alguna forma es parte de la lógica que manejamos".
Y en este sentido afirma: "Tratar de entender que la ruralidad argentina es algo que tiene que volver a revivir, que tiene que mejorar sus condiciones, pero sobre todas las cosas unas de las consignas fundamentales era tratar de impedir que ningún agricultor familiar más se vaya del campo. Porque es una forma de tener soberanía territorial, poder desarrollar los pueblos del interior, contra todo lo que ha sucedido en la historia de nuestro país que siempre ha sido muy expulsivo de las zonas rurales a los centros urbanos".
El trabajador del INAFCI destaca además, como una herramienta que vienen desarrollando hace un tiempo es el registro de productores: "Entre una de esas acciones que estaban dentro del marco de las políticas destinadas a la agricultura familiar, era la creación del Registro Nacional de Agricultura Familiar, que tenía como objetivo, saber cuántos son en nuestro país los agricultores familiares, en qué lugares están y cuáles son las características que tienen. Porque no es lo mismo un agricultor familiar de Córdoba, por ahí podríamos hablar de los productores caprinos del norte o de algunos horticultores, cercanos a la ciudad de Córdoba, nos dan una caracterización que no es la misma a los productores de la provincia de Santiago del Estero, Misiones o Salta, en cada uno de esos territorios las características son totalmente distintas, pero justamente el ReNAF lo que buscaba era aglutinar a todo ese sector en una situación común".
Este registro ayudaba a desarrollar y planificar políticas públicas, basadas en las necesidades comunes, para llegar a la mayor cantidad de productores en todo el país. Justamente necesaria para lograr la mayor eficiencia del sector.
El desarrollo de los productores de la agricultura familiar, puede lograr la defensa de la soberanía alimentaria, que Germán Pez la define así: "la soberanía alimentaria, es un pueblo que le permita básicamente garantizar la alimentación adecuada al gusto, a las capacidades y las fortalezas que tiene un territorio para producirse sus alimentos". Y añade: "Es la contracara de una industria de la alimentación que impone consumos, que tiene presa a una población de los vaivenes del mercado. Y justamente la soberanía alimentaria es eso que nos lleva a pensar que hay que cuidar al productor, al medio ambiente, que hay que pensar en un desarrollo sustentable".
Por último, las consecuencias del cierre del INAFCI afectaría profundamente esa red construida desde hace años. En 1993 el sector de agricultura familiar tiene su área específica, primero como programa, para luego pasar de Subsecretaría a Secretaría, con las idas y vueltas de cada gestión del Ejecutivo nacional.
Una de las consecuencias sería: "un retroceso irresponsable de un Gobierno que no entiende por donde pasan un montón de cosas, por donde pasa la necesidad del arraigo rural, la necesidad de políticas que tengan que ver con la necesidad de expansión del territorio, y no con su contracción". Y agrega: "hacerla desaparecer es volver 30 años atrás en la historia".
Destaca además que la decisión de cerrarla sería ir a contramano de lo que se hace en el mundo: "cuando desde Naciones Unidas reconocen que estamos viviendo el decenio de la agricultura familiar, es que este Gobierno toma la decisión de desconocerlo, todos esos avances que han costado muchísimo, de las luchas territoriales en el mundo, para llegar a tener una consideración a nivel estatal de la importancia de la agricultura familiar".
Y finaliza asegurando que: "se pretende echar por borda todo ese reconocimiento que el mundo está diciendo que la agricultura familiar es la que nos da de comer y que hay que pensarla de manera que se pueda sostener, que se pueda crecer, que la sustentabilidad de la vida está pasando en parte porque existan muchos agricultores familiares para que no desaparezcan y para que podamos pensar nuestros territorios con mayor peso de lo significan las actividades relacionadas a la producción de alimentos".
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